
Lo que hace unos años parecía imposible ahora es un hecho. Cada vez son más los colectivos de policías y expolicías que asumen posturas antiprohibicionistas.
Los argumentos suelen ser los más prácticos del ideario antiprohibicionista:
* Fin de las mafias al competir con ellas el estado, impidiendo los amplios márgenes de ganancia generados por la prohibición.
* Reducción de la población reclusa y del gasto que suponen.
* Reducción de la violencia.
* Nadie buscaría hacer nuevos adictos para lucrarse acto seguido con las ganancias.
* Recaudación de impuestos sobre las drogas.
Desde luego que en el argumentario de la calidad de la sustancia y la consiguiente reducción de riesgos ni entran ni salen, pero ahí los tenemos.
Como alguno querréis saber quienes son los policías que se han pasado al antiprohibicionismo pragmático, os lo presento:
“Aplicación de una Ley Contra la Prohibición” (LEAP en sus siglas en inglés: Law Enforcement Against Prohibition), un grupo compuesto mayoritariamente por policías de la ciudad de Omaha, en el estado de Nebraska, y algunos otros agentes retirados, que apelan en favor de leyes que regulen las drogas.